BORAGOS…
Si algo no se puede negar al Boragos es su estratégica ubicación, ideal para quienes vienen a Logroño por motivos profesionales como para los turistas. Está claro que Iñaki Azkuenaga se equivocó con su profesión. Lo suyo no es la cocina sino se podría decir que la pintura y decoración. Sus platos no son platos, son lienzos, cuadros, auténticas obras de arte. La expresión “comer con los ojos” en pocos sitios tiene tanto sentido como en este restaurante de Logroño, que si estuviera en otra zona de la ciudad hubiera arrasado, pero al igual que la mayoría, ha tenido que lidiar contra la crisis y todo lo que ello ha traído consigo: readecuación de la oferta, exceso de gastos fijos, sudores y alguna que otra lágrima ( que se lo pregunten a cualquier pequeña empresa ¿verdad?, incluida a la que está detrás de esta modesta publicación gastronómica).
Además, y lo que es más importante, como fruto de su esfuerzo, Iñaki y Andrés a cargo del comedor han conseguido una clientela fija y fiel, que tras llegar tentada por sus atractivos menús, va atreviéndose, cada vez más, con la carta, que es el terreno en el que Iñaki y su equipo, dan realmente el do de pecho.
Probamos algunos platos del excelente menú: Un aperitivo que era la segunda vez en mi vida que lo comía y consistió en una vichyssoise. Continuamos con un falso ferrero (entrante de carta) aún lo estoy saboreando mientras escribo este artículo.
Producto de temporada como es: Espárragos con espuma de boletus y germinados.
Tataki de atún con frutos y vinagreta de soja, ( nos pareció tan jugoso que Iñaki amablemente nos informó que el utiliza la parte de la hijada), de ahí la jugosidad y untuosidad.
Bacalao al pil pil, que os voy a contar punto perfecto de salazón del bacalao al igual que de preparación, la pil pil exquisita.
Ravioli relleno de carrillera de cerdo con salsa de queso y trompetas de la muerte (setas).
Y el apartado de postres la parte que más me gusta…
Pastel vasco con crema de queso Idiazabal. Increible casero 100%
Tarta de queso con peta zeta, para los que recordamos nuestra infancia.
La verdad que fue un lujo la velada la atención al igual que la comida que os voy a decir. Boragos no lo dudes…
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COMO LLEGAR AL RESTAURANTE BORAGOS