PROPIEDADES DE LAS ENDIBIAS. Receta:Endibias con roquefort y jamón

PROPIEDADES DE LAS ENDIBIAS.

Receta:Endibias con roquefort y jamón

La endibia es una hortaliza que pertenece a la familia de las Asteráceas, en la que se incluyen a más de 1000 géneros y 20000 especies de las que muy pocas son cultivadas. Esta familia, cuyo nombre actual deriva del griego Aster (estrella), se caracteriza porque sus flores están compuestas por la fusión de cientos e inclusos miles de flores diminutas, como es el caso del girasol. La endibia es en realidad una variedad de la achicoria que se obtiene mediante un cultivo forzado o artificial.

Se cree que la endibia es originaria del Mediterráneo, ya que era consumida por egipcios y más tarde por griegos y romanos. Durante mucho tiempo fueron consumidas las formas silvestres. No fue hasta el siglo XIX cuando adquirió sus características actuales. Su aparición tuvo lugar de forma casual en Evere, un pueblo cercano a Bruselas. Un trabajador del jardín botánico de Bruselas observó que las raices de la achicoria que estaban cubiertas con tierra daban lugar a unos brotes muy tiernos y blancos. Desde entonces, Bruselas fue considerada como la cuna del cultivo de este vegetal, si bien en la actualidad, las endibias también se plantan en países como Francia y Holanda y se extendian hacia zonas templadas de todo el mundo.
Las endibias son hortalizas que están disponibles en el mercado durante todo el año, pero sobre todo en el época que va desde otoño hasta principios de verano.
La composición y las propiedades de las endibias son muy similares a las de la achicoria. Su principal componente es el agua y su contenido en hidratos de carbono, proteínas y grasa es muy bajo, mientras que presenta una cantidad interesante de fibra.
Todas estas características convierten a la endibia en un alimento con un bajo aporte calórico. Destacan las siguientes vitaminas: folatos y provitamina, C y E.
Los folatos intervienen en la producción de glóbulos rojos y blancos, en la síntesis de material genético y en la formación de anticuerpos del sistema inmunológico.
La provitamina A de las endibias se transforma en vitamina A conforme el cuerpo lo necesita. Dicha vitamina, también denominada retinol, es esencial para la visión, el buen estado de la piel, los tejidos y para el buen funcionamiento de nuestro sistema de defensas.
La vitaminas C, al igual que la provitamina A, tiene acción antioxidante, interviene en la formación de colágeno, huesos, dientes y glóbulos rojos, además de favorecer la absorción del hierro de los alimentos y mejorar las defensas frente a las infecciones.
La vitamina E interviene en la estabilidad de las células sanguíneas y en la fertilidad. Además posee acción antioxidante.
En cuanto a los minerales , las endibias son buena fuente de potasio, calcio, fósforo y yodo,  y hierro.
El potasio es un mineral necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso y para la actividad muscular normal, además de intervenir en el equilibrio de agua dentro y fuera de la célula.
El fósforo juega un papel importante en la formación de los huesos y dientes y participa en los procesos de obtención de energía.
El calcio vegetal no se asimila apenas en relación con el de los lácteos u otros alimentos que son buena fuente de este mineral. Algo similar ocurre con el hierro, cuya absorción es mucho mayor cuando procede de alimentos de origen animal.
El yodo es un mineral indispensable para el buen funcionamiento de la glándula tiroides que produce las hormonas tiroideas, participantes en numerosas funciones metabólicas, como el mantenimiento de la temperatura y del metabolismo corporal. Asimismo, el yodo es esencial en el crecimiento del feto y en el desarrollo de su cerebro.
Y vamos con la receta de hoy.

Endibias con roquefort y jamón.
Ingredientes para 2 personas:
3 endibias.
6 lonchas de jamón serrano.
100 gramos de queso roquefort.
1 puñado de nueces.
½ vaso de caldo de verduras.
1 chorro de aceite de oliva.
1 pizca de sal.
1 pizca de pimienta negra.
Preparación:
En primer lugar, desechamos las hojas externas de las endibias, las lavamos, las secamos con papel de cocina, cortamos la punta y las partimos por la mitad. Mientras, calentamos en una sartén un chorrito de aceite de oliva y, cuando esté caliente, introducimos las endibias para marcarlas ligeramente por todos los lados. A continuación, vertemos el caldo de verduras y salpimentamos (sin pasarse con la sal, el queso roquefort y el jamón serrano harán el resto), dejamos que las verduras se cuezan durante 15 minutos, a fuego medio.
A continuación, añadimos las lonchas de jamón serrano, cubriendo las endibias, y lo dejamos unos cinco minutos más al fuego, para que los aromas se distribuyan. Luego añadimos las nueces y esperamos un par de minutos antes de retirarlo del fuego, mientras el caldo se va reduciendo.
Servimos las endibias con jamón serrano y nueces en un plato hondo, y las regamos ligeramente con el caldo de la sartén.
Por último, añadimos el queso roquefort desmenuzado, al gusto, y ya podemos servir estas magníficas endibias.

BUEN PROVECHO…

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