La morcilla de Burgos es un embutido a base de sangre de cerdo y arroz típica de la gastronomía burgalesa. A los ingredientes mencionados se les añade cebolla, manteca de cerdo, sal, pimienta, pimentón, orégano, y otras especias. La tradición oral dice que debe ser: «sosa, grasosa y picosa».
La morcilla tiene una alto contenido calórico -379 calorías cada 100 gramos-, al ser la sangre su ingrediente principal, aporta una gran cantidad de hierro a nuestro organismo. La sangre de cerdo con la que se fabrica este alimento aporta 42 miligramos de hierro cada 100 gramos. Además, en esa cantidad, aporta 18.50 gramos de proteínas y 6.30 miligramos de calcio.
El hierro es uno de los minerales fundamentales que se deben consumir para combatir la anemia. Este signo aparece en las personas cuando los niveles de hemoglobina están bajos en la sangre. Los síntomas más comunes para identificar lo que podría ser un posible caso de anemia son: debilidad, palpitaciones y falta de aire, entre otros. Para saber con exactitud si una persona está anémica, se debe acudir a un diagnóstico de laboratorio.
Receta:
Ingredientes
4 raciones
1 morcilla de cebolla o arroz
1 aguacate
1 huevo
granillo de almendras para rebozar
al gusto sal, pimienta
Elaboración.
Pelamos el aguacate y la morcilla, mezclamos en un bol con el huevo, hacemos bolitas y las rebozamos con el granillo de almendras, seguidamente las freímos en abundante aceite bien caliente, las doramos y sacamos en papel absorbente. Se pueden acompañar con mermelada de tomate, cebolla, albaricoque, etc.